jueves, 7 de enero de 2016

Día 7 - Adiós Budapest.

Día de Reyes, último día de nuestra aventura por tierras magiares. Hasta media tarde no teníamos que emprender camino del aeropuerto, así que aún teníamos unas cuantas horas por delante para disfrutar de la ciudad. Aunque no os lo creáis, todavía nos quedaban cosas por hacer. Una de ellas, entrar a la Basílica de San Esteban, que tantas veces hemos visto desde el exterior. Sin rastro ya del precioso mercado navideño que adornaba esta plaza días atrás, la escalinata de entrada estaba despejada......bueno, no del todo, ya que la nieve que cayó anoche más la que estaba empezando a caer se amontonaba en las aceras.

Día de la Epifanía, que sin ser festivo en este país, sí que se celebra, como reflejaba la misa que hemos visto en el interior de la basílica. Bueno, un ratito solo, para ser más exactos. El interior es muy bonito, donde destacan sus mosaicos de colores, y la altura de la cúpula. En una de las capillas se encuentra una reliquia con la mano del Santo.

Una vez vista la iglesia, tocaba caminar por la avenida más amplia y elegante de la ciudad, la avenida Andrassy, algo parecido (salvando las distancias) a los Campos Elíseos de París. Repleta de tiendas elegantes en su primer tramo, el que nos ha llevado hasta la Plaza Oktogon, nos ha servido para visitar otro café emblemático, el Lotz, ubicado en un antiguo edificio, en cuya planta baja se encuentra la librería Alexandra. Otro ejemplo de elegancia.

Continuamos nuestro camino por la segunda parte de esta amplia avenida, mientras la nevada iba a más. Palacios a derecha e izquierda, ya sin tiendas, que nos han de llevar a la Plaza de los Héroes.
Esta plaza simboliza en su parte central a los 7 líderes magiares, con Arpad al frente, que llegaron a estas tierras para fundar Budapest. A ambos lados de la estructura, se levantan 2 edificios casi idénticos: el palacio de las artes y la música y el Museo de Bellas Artes.
Justo detrás, se extiende el Parque de la ciudad, una extensión enorme de disfrute y esparcimiento. Cuenta con un castillo, zoo, baños termales, otros museos menores... en resumen, una oferta muy variada. Aquí ya la nevada era impresionante. Menos mal que la temperatura no era muy fría, estaríamos a -1 aproximadamente.

Abandonamos el parque, para regresar al centro, con la intención de comer en el barrio judio, en un sitio que llevamos apuntado y que estaba cerrado por vacaciones hasta ayer, y que además nos pilla cerca del apartamento. La nieve va cesando, así que decidimos caminar y no usar el transporte público (ya sabéis lo andarines que somos). Por el camino, pasamos por zonas más dejadas pero disfrutando del mismo tipo de edificios señoriales, enormes que en el resto de la ciudad.

Con hambre, entramos a comer en el pequeño lugar del que os hablábamos. Teníamos referencias de sus sopas y sándwiches, y nada más ver la cantidad de gente que había, hemos pensado que iba a ser un acierto seguro. Y no nos hemos equivocado.
Y con esto y un café en el Circusz, otro de los sitios modernistos de la zona que tanto nos gustó el otro día, hemos dado por cerrada nuestra aventura en Budapest. Aquí nos veis, en el metro camino del aeropuerto.
Todos los alrededores del aeropuerto internacional estaban mucho más nevados que la capital. Incluso las pistas, repletas de máquinas quitanieves por todos lados. Encima hoy no nos ponen finger y nos toca pisar literalmente la nieve para subir al avión!

Ya en casa, con las maletas esta vez, tan solo nos queda despedirnos hasta nuestro siguiente viaje (para el que ya tenemos destino en mente) y agradeceros que nos hayáis seguido, esperando que hayáis disfrutado de esta ciudad tanto como nosotros. Es sin duda, un destino recomendable. Vislat!


martes, 5 de enero de 2016

Día 7 - Parlamento y... más Pest

Después de la nevada de ayer, no sabíamos qué nos íbamos a encontrar al salir a la calle. Parece que no ha caído nada durante la noche, y que las calles están bastante decentes para caminar. No hay ni rastro de hielo, por lo que no hay peligro. La mañana ha amanecido fría pero con nubes y claros que a lo largo de la jornada han ido desapareciendo.

Primer objetivo del día, visitar el majestuoso Parlamento de Budapest. Lo hemos visto ya desde tantos lugares, de día y de noche... que ya solo nos faltaba entrar!

La visita guiada en castellano de 45 minutos está bastante bien, y el solo hecho de poder ver por dentro los pasillos, la sala del Congreso, la corona y el cetro de San Esteban, la sala de Audiencias, las escaleras... ya merecía la pena.

El Parlamento es una pasada, pero es que su entorno no se queda atrás. La Plaza que hay justo delante, con varios museos y ministerios, otra plaza adyacente con más edificios que impresionan... 
Incluso uno que nos ha llamado mucho la atención por la novedad de sus formas, de estilo secesionista, y que acoge un museo.

También nos hemos acercado a la orilla del Danubio a contemplar, no sólo las vistas...

...sino el Monumento de los Zapatos, que de alguna manera quiere servir de homenaje a aquellos judios que fueron ejecutados y lanzados a las gélidas aguas del río.

Desde esta zona se inicia un bello recorrido atravesando calles semi peatonales y pequeñas plazas románticas. 

El paseo nos ha llevado hasta uno de los cafés con más historia de la ciudad, el Café Central, donde se juntaban artistas, poetas, escritores, pintores...y donde nosotros hemos dado cuenta de una tarta Dobos deliciosa.

Después de la pausa, nos hemos dirigido hacia la zona universitaria, y hemos aprovechado para comer en la cantina de la facultad de medicina...qué tiempos aquellos!

A las afueras de un café nos ha hecho gracia esto...

Justo cuando salíamos a cenar, algo ligero esta vez, se ha puesto a nevar de lo lindo.

¿Con qué estampa nos despertaremos? Eso está por ver... aunque los pronósticos anuncian más nieve.
Por cierto, ¿habéis sido buenos este año? Mañana lo descubriremos todos. Feliz día de Reyes!